Chuck Berry - The Legend

viernes, 16 de abril de 2010

DURACIÓN DEL ESPANTO

Manuel Alcántara - Daniel Quintero
Hace tiempo que vengo queriendo hablar del viejo y sabio poeta y articulista Manuel Alcántara, pero no encontraba la ocasión. Como últimamente me apetece más bien poco trabajar en los blogs (bastante tengo con mi trabajo habitual), dejaré que el propio Alcántara hable por sí mismo a través de un extraordinario artículo que hoy publica El Diario Montañés, y que define de forma elegante situaciones que se están viviendo ahora mismo en este pobre país.

Estaba siendo joven, quiero decir que tenía menos de treinta años, cuando le oí decir a don Gregorio Marañón, como dándolo por sabido: «teniendo en cuenta que las guerras civiles duran un siglo»... Luego siguió hablando de otras cosas apasionantes, pero siempre con más sosiego que pasión. Jamás he olvidado aquel inciso.
Hacen falta tres generaciones para que el piadoso olvido establezca su inexorable gestión. Aunque soy muy malo para los números, creo que los españoles tendrán que aguardar a 2036 para cambiar de conversación.
Es curioso que la Historia, que registra una de las formas en las que pudieron suceder las cosas, precisamente en las que sucedieron, tenga tantas versiones. Así se escribe y así se borra.
Sus intérpretes tienen todos razón, pero lo hacen de manera muy poco razonable. Si un marciano se diera una vuelta por España, no sé para qué, para ir al Corte Inglés o para comprobar si han conseguido suprimir las corridas de toros, creería que esto es un gigantesco manicomio. Los frenópatas se mezclan con los curanderos y hay quien quiere asegurarse, mediante un certificado, de que el llamado Generalísimo está muertísimo. Otros reciben refuerzos de dementes del exterior, como si aquí no fuéramos capaces de cargárnoslo todo, incluido el Supremo, por nuestra cuenta.
Curiosamente hay personas a las que les preocupan otras cosas y están contentas porque han desconvocado la huelga de futbolistas.
Los locos por el fútbol se salvan de la locura general, pero hay que reconocer que don Gregorio tenía razón. Por algo aquel español egregio tuvo que exiliarse durante una temporada, después de intentar en vano explicarnos que el liberalismo es una conducta y que no hay que descartar que quienes piensan o padecen lo contrario, no tengan razón. O sus razones.

5 comentarios:

jose dijo...

¡Magnífico!
'Sembrao'

No se puede añadir nada más.

finchu dijo...

Dejará de poderse.
Hay una pintada cerca de mi casa que dice:
"No es sano adaptarse a una sociedad enferma"
La locura es que la ley subyugue a la justicia.
Al frenopático debieran ir quienes anteponen el olvido a la razón.
Algunos se sorprendieron al ver de pronto tanto odio, algunos se sorprenderán de nuevo al ver tanto odio.
¿Donde crees que vas, Pio?

Logan y Lory dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Logan y Lory dijo...

La diferencia es que actualmente, aunque algunos digan lo contrario, unos cuantos políticos para justificar alzamientos anteriores, no existen las dos Españas.
Sí existe una cuando juega la selección española de fútbol; diecisiete a la hora de repartir el pastel autonómico y miles a la hora de pillar un cacho en la playa de Benidorm.
Y en cuanto a la prensa pues, como decía Forges: Los periódicos en España se hacen, en primer lugar para que los lean los periodistas; luego los banqueros; más tarde, para que el poder tiemble y, por último e inexistente término, para que los hojee el público" y añado, arrejuntaos en Benidorm.

Juan Nadie dijo...

Yo diría que siguen existiendo las dos Españas y que algunos, ay, hacen todo lo que pueden para atizar el fuego, cuando creo que ya va siendo hora de que comiencen a desaparecer. Las dos.